Bienvenido al verdadero Mundo Talleres, “Tino”

Foto:Archivo.Captura web Walter Ribonetto

Columna de opinión, periodista invitado: Javier Flores(Mundo D)

Si bien 2023 cierra para Talleres con una última y buena novedad -la clasificación para jugar la final de la Supercopa contra River, en principio el 16 de junio próximo si no hay cambio de fecha antes- sin dudas la designación de Walter Ribonetto como nuevo entrenador del plantel superior es “la” noticia de fin de año albiazul.

La elección para ocupar el cargo del DT de la reserva albiazul en reemplazo de Javier Gandolfi, quien terminó su ciclo “diplomáticamente” despedido por cuestiones particulares que excedieron lo deportivo, tomó por sorpresa a los hinchas y socios albiazules, quienes, en primera instancia no reaccionaron bien ante la decisión de Andrés Fassi y lo expresaron a través de las redes sociales.

Esperaban que el elegido fuera un entrenador con chapa, oficio, espaldas y experiencia en dirigir Copa Libertadores, atributos que el presidente del club requería para un Talleres internacional y al que Gandolfi, más allá de una pobre participación en la última Copa de la Liga, dejó con la vara alta al dejarlo en la Fase de Grupos de la Libertadores.

Pero Fassi, tras 21 días de búsqueda de nombres con “peso” propio -Heinze, Berizzo, Gabriel Milito, Palermo, entre otros, y algunos poco conocidos en el medio como el uruguayo Jorge Bava- terminó optando por “Tino”, argumentando que ninguno le garantizaba que podía darle un técnico como él, “de la casa”, “con ADN Talleres”, “el mejor preparado”, “apoyado por el plantel”.
En la conferencia de prensa en la que anunció su decisión, se deshizo en elogios para un DT que se puso sobre los hombros al plantel durante dos semanas mientras se definía si la “T” jugaría el Trofeo de Campeones, una posibilidad que finalmente se frustró. Un lapso en el que hizo méritos, trabajó duro, se ganó la confianza de los referentes del plantel y que, fuera de grabación, le decía a los periodistas que se jugaría una carta fuerte para ser el elegido, pese a que en principio no figuraba en la lista de candidatos de Fassi.

Confiaba en su capacidad y se lo hizo saber a Fassi, quien ya lo venía estudiando y testeando, mirando la prácticas y hablando con los referentes del plantel, a medida que, uno a uno, se le iban cayendo paulatinamente los candidatos que sondeaba. ¿Los motivos?. Varios.

El primero, económico, porque sus ofertas no satisficieron las pretensiones de la mayoría de los apuntados, en un contexto de crisis económica agudizada por el ajuste Milei y su mensaje de “No hay plata”. Pero no sólo los dólares crocantes y los pesos sin valor incidieron en la situación.

También estuvieron los vinculados con las condiciones que Fassi les impone para ser DT de Talleres, 25 puntos que den acatar y entre los que está uno que entrenadores con espaldas no digieren: que les arme el plantel, traiga los refuerzos y no les de participación en la elección.

Así, en un combo de bolsillos flacos, ofertas insuficientes, entrenadores que demoraban sus respuesta y tiempos que se acortaban, el field de la balanza se inclinó hacia Ribonetto. Un DT de la casa, conocedor del paño, formado en el modelo Talleres, más barato, flexible y con el perfil trabajador y profesional de Gandolfi, su antecesor en el cargo. Si le fue bien a Cobija… ¿por qué no podría irle bien a él?.

. A partir del 3 de enero, cuando el plantel vuelva a entrenarse, Ribonetto comenzará a escribir su historia como DT definitivo del plantel y será el día a día y los resultados deportivos que vaya consiguiendo los que definirán si estará a la altura del alto desafío que se le presenta.

Una apuesta de alto riesgo de Fassi, de incierto resultado, pero en la que confía porque cuando tiró las fichas a la mesa por Gandolfi, un DT con ADN Talleres, la jugada le salió bien. Bien podría afirmarse que está seguro de que así será: que “Tino” es quien mejor le garantiza una “Parte II” del exitoso proceso Gandolfi, si se mide su gestión por el objetivo principal cumplido este año: clasificar a la Fase de Grupos de la Libertadores y recuperar la internacionalidad.

¿Le dará el cuero?

La incógnita pasa por saber si a “Tino” le dará el cuero para semejante desafío. Él está convencido de que sí, así se lo transmitió a Fassi y el mandamás le creyó. Y más aún cuando Guido Herrera, el capitán y principal referente del plantel, tocó la puerta de su oficina para pedirle, en nombre de los jugadores, que Ribonetto se quede al frente del plantel. “Nunca me había pasado algo así en los 35 años que llevo en el fútbol”, explicó en aquella rueda de prensa, flanqueado por el arquero, dispuesto a poner la cara y a apoyar el discurso del presidente del club.

“Tal vez le falte el camino de la experiencia, como le faltaba al Cacique Medina cuando lo trajimos o cuando decidimos que el técnico fuera Javier Gandolfi. Pero la fueron adquiriendo y les terminó yendo muy bien en Talleres. ‘Tino’ tiene el ADN de la casa y hace mucho que se viene preparando. Es una de los entrenadores más preparados que me ha tocado ver en el fútbol, con mucha personalidad y ascendencia sobre el grupo en el día a día, convencido de lo que es capaz de hacer para el crecimiento individual de los jugadores y el grupo. Estamos muy contentos con esta decisión”, dijo ante los periodistas.

El plafón, lo tiene. El apoyo interno, también. Y el contexto lo ayuda. Además lo rodeó con un amigo personal y excompañero en Lanús, como Mauricio Caranta, para que sea su ayudante de campo. Y le sumó a otro referente del club, el Cholo Guiñazú como manager deportivo, para que con sus respectivas experiencias y conocimiento puertas adentro del club le cuiden las espaldas.

Está claro: Ribonetto es un técnico joven, capaz, trabajador, profesional y le cae bien al plantel, pero no es lo mismo dirigir a una reserva de un plantel profesional que a una plantilla del Primera División con objetivos elevados, internacionales y en la que deberá bancarse una presión a la que no está acostumbrado. No es lo mismo y tampoco lo es sobrellevar el día a día con jugadores superprofesionales, que hoy lo pueden abrazar y mañana desconocerlo.

Pero le sobra es confianza, ganas de afrontar el reto y eso es lo importante. Habrá que dejarlo andar y ver qué jugadores le vende Fassi, a quienes le traerá y si cumple con su promesa de armarle un plantel competitivo para jugar los ¡¡¡cinco torneos!!! que deberá afrontar esta temporada.

Como decían nuestros abuelos, parece que tiene uñas para guitarrero. Pero para templar bien las cuerdas, hace falta una buena guitarra. ¿La tendrá?

Bienvenido al verdadero Mundo Talleres, “Tino”.