Tras un primer tiempo parejo, San Lorenzo en el complemento había perdido la posesión, entre el calor y el físico comenzaron a pasarle factura y solo aguantaba. Las manos del arquero Orlando Gill era quien se bancaba el 0 a 0.Para los dirigidos por Russo no era mal resultado por el rival que tenía enfrente.
Hasta los 36 minutos del segundo tiempo se mantuvo en 0 el marcador, Gill le tapó un tiro a Bustos, a puro reflejos del paraguayo al lado del palo, otro remate del mismo jugador que se fue apenas desviado y la más clara, en el principio. Quizás en la única reacción algo floja,le dejó un rebote servido a Galarza Fonda, pero el también paraguayo con el arco a disposición la tiró afuera. Antes y después, el uno del local dio seguridad siempre y fue atajando pelota por pelota.
El dueño de casa,también pudo lastimar en el arranque, con un mano a mano de Cerutti, quien entró solo por derecha, y su remate cruzado fue tapado por Herrera. El uno del albiazul, también se estaba destacando. Hasta que llegó, la jugada impensada
A menos de 10 minutos para terminar, y con Vombergar ya en cancha por Cuello, al centrodelantero le quedó una y no perdonó. En el borde del área grande, la paró y abrió su zurda para, ayudado por un leve desvío, hace imposible la atajada de Herrera. Gol y locura total en el Nuevo Gasómetro, que se venía abajo por la vuelta al gol del 9, quien en 2024 apenas le había hecho un gol de penal a Boca.
El Ciclón terminó consiguiendo una victoria muy festejada y que vale mucho más que tres puntos.
Pero haber superado de entrada a un rival calificado como Talleres ya es un paso adelante para un equipo que inició como una incógnita y con muchas dudas. De hecho, una de las principales estaba en el arco y Gill fue figura y Vombergar volvió al gol.
Ahora la «T» buscará la próxima fecha (miércoles 17hs) cuando enfrente a Independiente recuperarse ante su gente en el Kempes.